Al principio los discos duros eran
extraíbles, sin embargo, hoy en día típicamente vienen todos sellados (a
excepción de un hueco de ventilación para filtrar e igualar la presión del
aire).
El primer disco duro, aparecido en
1956, fue el Ramac I, presentado con la computadora IBM 350: pesaba una
tonelada y su capacidad era de 5 MB. Más grande que una nevera actual, este
disco duro trabajaba todavía con válvulas de vacío y requería una consola
separada para su manejo.
Su gran mérito consistía en el que el
tiempo requerido para el acceso era relativamente constante entre algunas
posiciones de memoria, a diferencia de las cintas magnéticas, donde para
encontrar una información dada, era necesario enrollar y desenrollar los
carretes hasta encontrar el dato buscado, teniendo muy diferentes tiempos de
acceso para cada posición.
La tecnología inicial aplicada a los
discos duros era relativamente simple. Consistía en recubrir con material
magnético un disco de metal que era formateado en pistas concéntricas, que
luego eran divididas en sectores. El cabezal magnético codificaba información
al magnetizar diminutas secciones del disco duro, empleando un código binario
de «ceros» y «unos». Los bits o dígitos binarios así grabados pueden permanecer
intactos durante años. Originalmente, cada bit tenía una disposición horizontal
en la superficie magnética del disco, pero luego se descubrió cómo registrar la
información de una manera más compacta.
IBM Reynold
Johnson(creador)
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